Día internacional de la Tierra: por qué proteger nuestro planeta es una tarea política transformadora

Hoy 22 de abril se conmemora el día internacional de la Tierra, enmarcado en un contexto complejo, es un año difícil con una pandemia que ha azotado al mundo y un cambio climático global voraz. Vale la pena decir que un día como hoy, la tarea de proteger nuestro planeta tierra, la naturaleza y a nuestras comunidades, está en primer lugar.

El modelo capitalista global ha depredado el medio ambiente, arrasando con ecosistemas y  múltiples especies. En nuestro país, el modelo neoliberal es hijo ilustre del capitalismo global, lo que se refleja claramente en las actividades primarias – extractivistas que se inserta en la cadenas globales de valor, con actividades como forestales, agrícolas y mineras que dañan y contaminan nuestros territorios, provocando escasez hídrica, como también afectando la salud de nuestras comunidades. La industria manufacturera y las empresas de generación de energía por combustibles fósiles han provocado las zonas de sacrificio, hipotecando la vida de miles de habitantes y contaminando seriamente sus suelos el aire y el mar, junto con contribuir a la emanación de gases de efecto invernadero.

Un último informe de la ONU[1] asegura que se debe bajar la temperatura global en un 1,5° por medio de la reducción de un 45% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, para evitar graves problemas climáticos. El mismo informe indica que no hemos modificado lo suficiente nuestras emisiones. Estamos en un punto de no retorno, que implica tomar posiciones. El mantenimiento de un modelo capitalista global nos lleva irremediablemente a estar ad portas de graves problemas ambientales.

Incluso la pandemia actual no está desvinculada a lo que sucede con el modelo de acumulación, ya que el Covid 19 y otros virus como el Sars también son producto de la deforestación, urbanización e industrialización de zonas que sirven de barreras biológicas para detener el contacto con patógenos, abriéndole paso al acercamiento con humanos. La protección de los ecosistemas y la biodiversidad ayudan a dificultar la propagación de patógenos que afectan la salud humana y como hemos visto pueden ser letales[2].

Es común escuchar en los foros internacionales y en las convenciones sobre medio ambiente que las autoridades políticas deben tomar acción. De ese modo, ha pasado el tiempo y el estado de las cosas no ha cambiado, en nuestro país se ve muy claro: los gobiernos de la ex Nueva Mayoría y Chile Vamos han demostrado que no tienen un compromiso con la protección del planeta. El gobierno de Piñera, que debió liderar la COP25 fue una vergüenza internacional en la promoción de acuerdos ambientales. Aún más, no ha querido firmar el acuerdo Escazú que promueve el acceso y participación en asuntos ambientales a la ciudadanía. Pero en realidad tenemos muy claro que no es una falta de compromiso individual de los gobernantes de esos sectores, más bien es una defensa férrea al modelo de acumulación por desposesión.

Es hoy tiempo de dejar de ser espectadores de la destrucción de nuestro planeta tierra. Es tiempo de democratizar la toma de decisiones de asuntos políticos, económicos y ambientales, fuera de los mezquinos intereses de los mismos gobernantes. La protección de nuestro planeta tierra implica un nuevo modelo de desarrollo, con una nueva gobernanza de los bienes comunes, modelos de gestión democrática del agua, con producción de energía verde, limitaciones a las industrias extractivistas, planificación territorial que ponga como centro la conservación y protección de la biodiversidad, estas propuestas guiarán nuestro actuar en la región de Valparaíso, porque la justicia ambiental y ecológica son la centralidad de nuestro compromiso para la gobernación.

Hoy más que nunca proteger nuestro planeta es un deber que requiere acciones con actores que promuevan el bien común y no intereses económicos. Es tiempo de movimientos sociales que  apuntan a transformaciones profundas. Como diría el economista y ambientalista Mandfred Max Neef: “La economía está para servir a las personas y no a las personas para servir a la economía”.

Debemos comprender que los ecosistemas son la base para la vida humana y no humana. En los entornos naturales o hábitats somos solo una parte más del medio. Es necesario cuestionar nuestro antropocentrismo, para comprender algo muy simple: somos parte de los ecosistemas, no sus dueños. Un nuevo modelo de desarrollo que proteja nuestro planeta tierra, debe comprender aquello para vivir en armonía.

Por Rodrigo Mundaca Cabrera
Vocero nacional de MODATIMA
Candidato a Gobernador por la Región de Valparaíso

[1] Cambio climático sin freno: los países están muy lejos de cumplir el Acuerdo de París.
https://news.un.org/es/story/2021/02/1488722#:~:text=La%20ciencia%20es%20clara%2C%20para,durante%20la%20presentaci%C3%B3n%20del%20informe.

[2] Coronavirus llegó para quedarse.
https://www.unep.org/es/noticias-y-reportajes/reportajes/coronavirus-llego-para-quedarse

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